LA HERMANDAD, CASA DE LOS JOVENES
Una Casa grande donde todos compartimos y profesamos la fe en Cristo con alegría como consecuencia de una convicción ferviente, un lugar donde la evangelización va acompañada con el testimonio de vida y sobre todo con el compromiso con los más pobres y excluidos, y trabajamos como jóvenes, con entusiasmo, preparación, honradez, audacia, optimismo, responsabilidad y buen ejemplo.
Una Casa para formarnos, vivir y compartir, ser acogidos y entregarse, donde sentimos el alma latir y somos capaces de superar miedos, timideces, respetos humanos; donde construir relaciones auténticas de amistad, conocer el verdadero amor, aprender a adquirir estabilidad y seguridad, que puedan garantizar un futuro sereno y feliz, como nos dijo el Papa. Este germen iniciado en nuestra Casa debe manifestarse en la vida social.
No olvidéis, jóvenes, que necesitamos también de vuestras palabras. Que nos hagan saber que estáis contentos e ilusionados. Que confeséis a Cristo con alegría. Que podemos contar con vosotros. Así, seréis doblemente testigos: en obras y en palabras.
Encuéntrate con nosotros en la Casa de la juventud que cree en Cristo, el Señor; donde trabajamos por la paz y por la vida, el encuentro con Jesucristo y con la Iglesia, valorando a los amigos, la familia, la comunidad, el tiempo libre compartido, el estudio, la formación, los valores cristianos, la construcción de un proyecto de vida.
EN NUESTRA CASA: Mantenemos una actitud de búsqueda, estamos abiertos a las acciones del Espíritu, combinamos la extroversión con la introversión, escuchamos al otro, respetamos el momento y el proceso personal de cada uno, pensamos en los alejados, mantenemos los vínculos personales y grupales creados, valoramos la experiencia y los carismas, y ofrecemos acompañamiento de iniciación y maduración en la fe, porque nuestra Casa también es ámbito privilegiado para la Formación de Adultos.
Ahora es el momento de descubrir ese algo más que hay en tu interior, y dar prioridad al encuentro personal con Jesucristo y la experiencia de Iglesia.
Queridos hermanos, vivimos en el verano del 2011 una JMJ arraigados en Cristo y firmes en la fe. De vuelta a casa recibir al hermano es recibir a Jesús.
Si has leído estas líneas, ¡no te las guardes!, compártelas, dále difusión para que otros vengan a casa como tú. Inscríbete, joven, en los grupos de fe y formación. Asimismo invito a los padres a que inscribáis a vuestros hijos a partir de los 5 años. Por último animo
a todos los adultos a que entréis a formar parte de los grupos destinados a vuestra formación.
Un abrazo en el Señor del Gran Poder.
Evento para recordar: ¡te espero en casa, en Tu Casa… de HERMANDAD!








