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LA CASA DE HERMANDAD

LAS OBRAS DE LA CASA DE HERMANDAD Y LA CAPILLA PASO A PASO

 

     Resumir todo el  trabajo  realizado por los devotos y los hermanos de la hermandad, a lo largo de casi catorce años, en la construcción  de  la casa de hermandad, almacén de enseres y capilla, resulta una ardua tarea, sobre todo por la intensidad del trabajo llevado a cabo. 

 

     Las vivencias y el día a día  del desarrollo de la obra, sólo los hermanos que las vivieron tan cercanamente, podrían relatarlas  con  todo  detalle. Aquí solo cabe un breve resumen que resulta muy difícil condensar en tan poco espacio. Lo que sí es  de justicia resaltar, es el espíritu de sacrificio del material humano que se entregó a esta tarea, así como su perseverancia y constancia  en  la  misma.  Sábados,  domingos,  festivos…,  cualquier  momento era bueno para dedicarlo a hacer realidad estos proyectos  que  ilusionaban  a todos. 

     Como botones de muestra, de esta entrega de los hermanos,  tenemos el acta del cabildo de  oficiales que  celebró  la  hermandad el 25 de octubre de 1982, recién iniciadas las obras, en donde se pide a los miembros de la junta de gobierno que al día siguiente estuvieran presentes, a las seis de la tarde, para descargar saco a saco un camión con  doce  toneladas  de  cemento,  ya  que  había  que  rellenar  los  cimientos  y  hacer  los  pilares.  Asimismo,  en el número correspondiente  al mes de octubre de 1982 de la revista “Madrugada” que editaba nuestra hermandad, se leía: “…para tu conocimiento  te  indicamos, que todos los domingos, a partir de las 8 de la mañana estaremos en el solar de nuestra Casa –Hermandad realizando un sinfín de tareas para ver construido nuestro sueño: Ver levantada nuestra Casa-Hermandad.…” 

 

     Todo comenzó con la compra de una casa de construcción antigua, en la calle Real Utrera, de 510 metros cuadrados de superficie,  para que sirviera a las necesidades de la hermandad. Esta casa fue ocupada por la corporación el 1 de diciembre de  1978,   adaptándose, sin ningún tipo de obra, como casa de hermandad y siendo bendecida por el entonces párroco de Santa María Magdalena don Valeriano Carrero Carmona, el 24 de diciembre del mismo año. A los dos años, en diciembre de 1980, se firmaron las escrituras de propiedad.

 

     En  septiembre  de 1981 se presentan en cabildo distintas ideas sobre las futuras obras a realizar y ya se habla de contactar con el contratista hermano de nuestra hermandad, Miguel Plaza, para que nos informe sobre algún arquitecto, con el fin de que elabore  un  proyecto sobre la obra que desea la hermandad. Estos contactos dieron su fruto, y el 19 de febrero de 1982 se firmó el proyecto de obra que realizaron los arquitectos Juan María Llacer Rubio y Javier de la Hera Merino. 

 

     La obra se inició con el derribo a espiocha, de la vieja casa, el 22 de agosto de 1982, a las 7,30 horas de la mañana. A los pocos  días todo era un inmenso solar, a excepción de los muros delanteros y la nave trasera (que serviría mientras tanto, de almacén de enseres y casa de hermandad). El proceso, imparable, estaba en marcha.

 

     A finales  de octubre ya estaban abiertos, manualmente, con espiochas y palas,  los diecisiete pozos para la cimentación de los pilares,  con  una profundidad de 1,85 metros, según el arquitecto indicó, pero muchos de ellos, porque no se encontraba el firme y por el entusiasmo de los que trabajaban, tienen mucha más.

 

     El  día  10 de febrero, aniversario de la fundación de la hermandad, se colocó la primera piedra de la obra, si bien no se hizo al  normal uso, sino que se introdujo en una arqueta abierta en el suelo, una garrafa de cristal lacrada herméticamente, conteniendo documentación histórica, recuerdos, monedas, periódicos del día, medalla de la hermandad, etc., cubriéndose el hueco  con una losa sobre la que se colocó un azulejo con el escudo de la hermandad. Ubicándose aproximadamente bajo el presbiterio de la actual capilla.

 

     Cinco  días después, estaba levantado el primer pilar y en septiembre todos los pilares estaban arriba, los cuales se rellenaron  cuco  a cubo, formando una cadena humana. Asimismo y de igual modo, se hicieron “in situ” las vigas, y se colocaron sobre  éstas  las viguetas y las bovedillas. Igualmente se habían levantado las paredes muros que sirven como ensamblaje exterior de  todo el armazón. Teniendo estos paneles de muro una altura de seis metros en la nave que hoy es capilla, con una distancia entre pilar y pilar de cinco metros y medio. 

 

     El  22  de  septiembre,  en cabildo de oficiales, se acuerda la realización de una cúpula sobre la nave de la planta baja, para que entre  luz en la nave inferior. Lo que pone de manifiesto que conforme se avanzaba en la obra, se procuraba introducir mejoras  en la misma. Este acuerdo llevó consigo la necesidad de modificar el proyecto original y añadir el correspondiente a la cúpula acordada. 

 

     Entre  diciembre  de  1983  y enero de 1984 se realiza la planificación de las dependencias de la futura casa de hermandad, que era el objetivo prioritario en estos momentos, por lo que la nave inferior, la que en un futuro acogería la capilla, se quedó parada, sirviendo para almacenar todo el material de la obra.   

 

     A  lo  largo del año 1984 se levanta en bruto la primera planta, con fontanería incluida, dejándose un ojo de patio para la entrada de luz; terminándose la tabiquería de las dependencias de la casa de hermandad,  finales del mes de agosto. También a  lo  largo de este año se enfoscan las paredes laterales del edificio que dan a la casa de los vecinos. La factura de cemento asciende por estas fechas a 25.000 pesetas mensuales. 

 

     En  el  cabildo  de  oficiales  celebrado  el 4 de octubre, casi un año después del acuerdo de su realización, se presenta y se aprueba  el proyecto de cúpula que realiza el arquitecto Juan María Llacer Rubio, iniciándose desde ese momento su construcción.

 

     También  se  acuerda  poner un retablo cerámico de Nuestra Patrona, en el patio interior de la casa de hermandad, el cual finalmente fue donado por la Hermandad de Nuestra Señora Santa Ana.

 

     A  finales  de año ya se está colocando la solería de mármol en la casa de hermandad y se ha terminado la estructura y el remate final de la cúpula.

 

     En cuando a la fachada, ésta se termina con todos sus adornos, a falta del zócalo, y de la campana, pintándose con los colores  ocre  y almagra y dejándose un hueco en la parte central superior para colocar el escudo de la hermandad. Colocándose en el remate de la espadaña, el 30 de junio, una cruz de cerrajería, donación de los talleres de Orfebrería Villarreal.

 

     Por  lo que respecta a la cúpula, ésta, se enfosca, rematándose con una cruz de cerrajería que se coloca el 6 de julio. Asimismo  se  realiza  el alicatado del patio bajo trasero de la futura capilla. En octubre se decide que las vidrieras ojos de buey de  la cúpula lleven como motivos el anagrama JHS, el anagrama de María, el escudo de San Juan, el cáliz y con la Sagrada Forma,  la  Cruz de Jerusalén, la corona de espinas con los tres clavos, el escudo pontificio, y el escudo de la parroquia de Santa María Magdalena.

 

     Si  bien en el ánimo de todos los hermanos que colaboraban en las obras y en la mayoría de los hermanos en general, se aspiraba  a  que la nave inferior de la obra se convirtiera en capilla de la hermandad, no se había realizado hasta ese momento un  cabildo general que tomara el acuerdo definitivo al respecto. Por ello, el cabildo de oficiales convocó un cabildo general extraordinario,  el  26 de diciembre de 1986, y éste aprobó la propuesta de la junta de gobierno de construir capilla para las imágenes titulares de la hermandad, en los terrenos de la nave, bajo la casa de hermandad, y el traslado de las sagradas imágenes cuando estuviese concluida y preparada adecuadamente la misma.

 

     Durante el año 1987 se van rematando los detalles, como el acabado total del patio y escalera de de la parte posterior y pintado. Terminándose totalmente la instalación eléctrica de la nave de la futura capilla. 

 

     En el mes de abril se comienza a preparar toda la documentación necesaria para poder solicitar, ante la autoridad eclesiástica, que la nave inferior se convierta en capilla de acuerdo con todas las normas legales.

 

     En  febrero de 1987 se acuerda que la bendición de la casa de hermandad se realice el 15 de septiembre festividad de los Dolores de la Virgen, pero finalmente, por diversas circunstancias, se retrasó la fecha y se realizó la bendición el 12 de octubre. De  esta forma, tras cinco años de obra se vio culminada la primera fase. Con este motivo y por celebrarse Año Santo Mariano, se  acordó que el acto estuviera presidido por nuestra sagrada titular María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso. A las 8,30 de la mañana salió la imagen de la Virgen en andas precedida de un cortejo de hermanos portando cirios y figurando la cruz de guía  y la bandera blanca. En el patio trasero se había instalado el altar en donde se colocó la sagrada imagen y se celebró a las  10,30 la santa misa que celebró el párroco de Santa María magdalena Don Juan Manuel García Junco Caballero. Posteriormente se realizó la bendición de la Casa de Hermandad en el piso primero del edificio. A las 13 horas se realizó el regreso, en andas, de la imagen de la Santísima Virgen a la parroquia, pero sin cortejo procesional.  

 

     Un  año  después,  el  17 de octubre de 1988 se tomó el acuerdo de derribar el viejo almacén con salida a la calle Nuestra Señora del Carmen,  por  el precario estado de conservación y levantar uno en el mismo lugar. A finales de ese año se acuerda el diseño de este almacén,  recibiría algunas modificaciones en el transcurso de la obra. El trabajo continuaba en esta segunda fase y poco a poco se derribaba, se levantaban los pilares y se le iba dando forma. 

 

     En  cabildo  de oficiales que se celebró  el 8 de junio de este año, se acordaron las figuras que llevarían las vidrieras de la cúpula: Virgen de Valme, Virgen del Rocío, Santa ana, San Sebastián, Epifanía del Señor, Ascensión del Señor, Santísima Trinidad y un crucificado, que posteriormente el 22 de junio se acordó que fuera el Santo Cristo de la Vera-Cruz. Igualmente en este  cabildo se acordó que las vidrieras los ojos de buey laterales llevaran el escudo antiguo y nuevo de la hermandad respectivamente. Y los de la entrada de la capilla, en el atrio, el corazón traspasado y la cruz de San Juan. 

 

     En 1990,  y  para la fachada de la capilla, se recibe la donación de un escudo de la hermandad realizado en cerámica sobre fondo morado.

 

     Terminado el almacén,  el  12 de octubre de 1991 se celebró la santa misa en el mismo, y a continuación se procedió a su bendición,  por  el párroco de Santa Maria Magdalena Don Juan Manuel García Junco Caballero. La segunda fase de las obras había terminado.

 

     Tras  la bendición del almacén, los trabajos se van a realizar específicamente sobre la capilla, lo que necesitará la presencia de especialistas para llevarlos a cabo; y dada la envergadura de los mismos, supondrán un mayor desembolso económico para la hermandad. 

 

     El  21 de noviembre de 1991,  se solicita al Sr. Vicario de la diócesis la concesión de Capilla,  para las obras que se tenía en proyecto realizar en la nave bajo la casa de hermandad.

 

     Ya  a finales de noviembre, los arquitectos Daniel Conesa López y Rafael López García se ofrecen para orientarnos y hacer un seguimiento en la tarea de revestimiento y decoración de paredes y techo de la capilla.

 

     Tras  la  Semana  Santa  de  1993,  en  la capilla se levanta la pared donde irá el retablo de las titulares, y en las paredes se labran  pilastras,  sustentando  arcos.  Colocándose en el presbiterio unas columnas de mármol recogiendo arcos.  También se colocan las vidrieras circulares, en la zona alta del presbiterio, a ambos lados del lugar en donde se colocará el retablo. Toda la decoración  y  embellecimiento  de la capilla en paredes y techo,  se finaliza en el mes de diciembre y seguidamente se inicia la colocación del zócalo de mármol. 

 

     En abril de este mismo año, se informa en cabildo de oficiales, que la campana para la capilla, donada por varios hermanos, está  ya  terminada,  a  falta  de la comprobación del sonido por parte de la hermandad. Siendo bendecida, el 19 de noviembre, con  la  advocación  de  nuestra sagrada titular María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso, en nuestra capilla, en la parroquia de Santa María Magdalena, ante nuestras sagradas imágenes.  

 

     Habiéndose  pedido presupuesto para el retablo, el 2 de diciembre, se aprobó el proyecto de retablo elaborado por el tallista Manuel Guzmán Bejarano en madera de cedro y de estilo barroco.

 

     A  lo  largo de 1994 se finaliza la colocación del zócalo de mármol de la capilla y se inicia el solado, igualmente con mármol, del presbiterio,  y  de  la  nave  de  la  capilla.  Asimismo,  se  contrata  la  construcción  de  un  vía crucis cerámico de similares características al de la parroquia de Santa María Magdalena.  También se encarga el cancel de madera y los bancos; así como un sistema de seguridad.

 

     A  principios  de  1995,  el día 2 de febrero, se monta en su lugar en el presbiterio de la capilla, el retablo ya terminado. Está en el color de la madera, a falta de dorar. Cuando se desmonta se lleva al taller de dorado de Manuel Calvo Carmona. 

 

     En el mes de marzo, se recibe escrito del Arzobispado autorizando la capilla de la hermandad.

 

     Estamos  en  septiembre,  se  monta el retablo ya dorado y estofado, se colocan los bancos, el vía crucis, la mesa de altar, y se dan los últimos detalles.  La tercera  fase  de las obras ha concluido, y la hermandad se dispone gozosa a la bendición de la capilla

 

     En octubre,  y  como preparación para la bendición, se celebran cultos extraordinarios en la parroquia de Santa María Magdalena.  El día 17 se procede al traslado al altar mayor, de las sagradas imágenes, y se celebra solemne triduo los días 19, 20 y 21. El domingo día 22 se celebra solemne misa concelebrada.  

 

     La  semana siguiente a estos cultos, reviven los momentos previos a la Semana Santa, con el montaje de los pasos procesionales  y  su traslado a la parroquia. A las 7 de la mañana del domingo 29 de octubre, se abren las puertas del templo y se inicia la procesión, con numerosísimos hermanos portando cirios, formados en catorce tramos, al igual que en la madrugada del  Viernes  Santo. El itinerario fue Plaza de la Constitución, Santa María Magdalena, Canónigo, Plaza del Emigrante, San Sebastián,  Mena  Martínez,  Plaza de Hidalgo Carret, Álvarez Quintero, Real Utrera. Al llegar a las puertas de la capilla de San Sebastián,  nos  recibió  la  Hermandad  del  Santo  Cristo  de la Vera-Cruz, y una representación de la misma con estandarte y encabezada por su hermano mayor, nos acompañó hasta la entrada en la nueva capilla.

 

     La  bendición  de la capilla tuvo lugar el domingo 5 de noviembre de 1995, a las 11 de la mañana, en el transcurso de la celebración  de   Solemne Misa por el Arzobispo de Sevilla, Fray Carlos Amigo Vallejo, culminándose así, un largo y duro camino  de trabajo, esfuerzo y sacrificio por parte de los hermanos y devotos de la hermandad. A la solemne bendición asistieron, además de numerosos hermanos, las autoridades locales encabezadas por el Sr. Alcalde, el Presidente del Consejo de  Hermandades  y  Cofradías,  así  como  representaciones de todas las hermandades de penitencia, gloria y sacramental de nuestra ciudad y del Gran Poder de Sevilla.

 

     En  la  homilía que el prelado pronunció con este motivo, cabe destacar las palabras que dirigió a la hermandad: “ES DE AGRADECER  EL REGALO QUE LA HERMANDAD HACE CON ESTA CAPILLA A LA IGLESIA DE SEVILLA”.  Posteriormente, durante  la  visita que efectuó el Sr. Arzobispo a las dependencias de la hermandad, en donde se exponían enseres y documentos de la misma,  al  llegar al almacén, en donde estaban aún montados los dos pasos procesionales que la semana anterior habían trasladado a nuestros sagrados titulares, comprendiendo que se había antepuesto lo espiritual a lo material y la corporación  había  dedicado  todos sus esfuerzos a la construcción de la capilla, anteponiéndolo a la mejora y enriquecimiento de sus pasos, dirigió una frase a los asistentes que caló hondo en los mismos: “AQUÍ HUELE A HERMANDAD” 

 

Con el acto de la bendición se abría una nueva etapa en la vida de la Hermandad.

Fervorosa Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, 

María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso y San Juan Evangelista

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